El corazón espiritual de Solana de los Barros. Con una arquitectura que combina sencillez y solemnidad, este templo ha sido testigo de siglos de historia, tradición y fe. Sus muros, impregnados de la devoción de generaciones pasadas, ofrecen un refugio de paz y reflexión para la comunidad. En cada rincón de la iglesia se refleja la profunda conexión entre los habitantes del pueblo y su herencia religiosa, siendo un símbolo de identidad y unidad, especialmente en las celebraciones que marcan el pulso de la vida local.

La Iglesia de Retamar es uno de los edificios más emblemáticos de la aldea de Retamar, en Solana de los Barros. Aunque no se especifica su estilo arquitectónico, como muchas iglesias rurales de la región, presenta características tradicionales que reflejan la historia y las costumbres locales. Es un punto de referencia cultural y religioso para la comunidad, especialmente en las festividades patronales.

Templo humilde pero lleno de significado para la comunidad local. Su arquitectura refleja la sencillez y la serenidad de las aldeas de la región, con una estructura que, aunque no ostenta grandes adornos, transmite una profunda conexión con la tradición y la espiritualidad del pueblo. En este rincón de Solana de los Barros, la iglesia se erige como un faro de fe y pertenencia, un lugar donde la comunidad se reúne para celebrar sus costumbres y festividades con devoción.

En las cercanías de Solana de los Barros se han identificado yacimientos que evidencian asentamientos humanos desde el Calcolítico (Edad del Cobre). Estos hallazgos incluyen restos de «villas rústicas» de época romana, especialmente en parajes como «Los Castillejos» y «Panes Perdidos». Sin embargo, se señala que el patrimonio arqueológico de la zona es relativamente desconocido y ha sido objeto de escasos estudios.